A 25 años de la desaparición de El Santo, El Enmascado de Plata


- Por Madman

Pirateado y resumido de otro blog, no dire cual para no perder a nuestros dos lectores:

El Santo se encargo de defender a los desprotegidos, de enfrentar las más bizarras expresiones del mal: vampiros, zombies, cíclopes, marcianos, momias y un sinfín de monstruos y maleficios, entre los que se incluyó la seducción femenina, y con ello, se consagró ante un público devoto.

A 25 años de la muerte de Rodolfo Guzmán Huerta, El Santo adquirió dimensiones de mito en la cultura popular mexicana, y empezó a producir su propia mitología, a caballo de una carrera exitosa ante un pueblo que lo idolatraba y de los abundantes relatos que paulatinamente enriquecieron el significado del personaje.

Nació en las arenas, pero empezó a construirse como leyenda multimedia en la historieta de José G. Cruz: Santo. El Enmascarado de Plata. ¡Un semanario atómico! –iniciada en 1952, y que alcanzó tirajes de 300 mil ejemplares–, donde un superhéroe católico y conservador, combatía contra el mismísimo Satán, y no con superpoderes, sino con la protección de una imagen de la Virgen de Guadalupe que siempre llevaba entre sus ropas.

Y del papel sepia a la pantalla de plata, donde filmó 53 películas que fueron blanco de severas críticas por su cuestionada calidad y, al mismo tiempo, celebradas por el público y por una industria en crisis que encontró en El Enmascarado de Plata una tabla de salvación.

“Que me critiquen, no estoy haciendo cine de arte ni estoy concursando en ningún festival, esto que hago es para mi público y porque a la gente le gusta”, respondía El Santo.

Quizá porque el propio Santo se sentía cerca del pueblo que lo encumbró –recuerda El Hijo del Santo–; por eso cambiaba la máscara por una gorra y disfrutaba de acudir con su familia a ver sus propias películas.

La creencia popular decía que El Santo nunca se quitaba la máscara ni para bañarse ni para dormir, además de que se dice que nunca reveló su verdadero rostro hasta que apareció en el programa Contrapunto, de Jacobo Zabludovsky, tras lo cual murió días después.

Como leyenda funciona, aunque Rodolfo Guzmán cuidó con esmero este misterio, además de que desarrolló habilidades extraordinarias para cambiar de personaje en las situaciones más inverosímiles, lo cierto es que mucha gente lo conocía sin máscara.

Con todo, era célebre la habilidad de Rodolfo Guzmán para convertirse en El Santo en un parpadeo, y cuando estaba en riesgo su identidad era capaz de cambiar tres o cuatro veces de taxi. No obstante, era de dominio público el domicilio del luchador, en Tulyehualco, e inclusive las combis que pasaban por enfrente anunciaban: “¡Parada casa de El Santo!”.

Muchas gracias por tantas peliculas, que de tan malas hasta son buenas.

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