30 años del walkman


- Por Madman

Encontre este articulo por ahi y una lagrima rodo por mis mejillas.... sniff sniff

El 1 de julio de 1979 un pequeño pero revolucionario equipo de música fue lanzado en Japón: el Sony Walkman, cuyo andamiaje consistía en un par de ligeros auriculares de plástico y un aparato de peso reducido que facilitaba su transporte y permitía escuchar música en cualquier momento y lugar, por lo que su éxito fue inmediato

En el mes del lanzamiento de tan trascendental aparatejo, los sandinistas nicaragüenses mandaban al dictador Anastasio Somoza al exilio (con 20 millones de dólares en la bolsa), e iniciaba la reconstrucción —aun inconclusa—, del país centroamericano. Del otro lado del mundo llegaba la aberrante noticia de que el Ayatola Jomeini prohibía que en el hoy convulsionado Irán, su país (literal), se escuchara música pop bajo el argumento de que corrompía a la juventud. Pero en donde sí estaban verdaderamente corrompidos en ese año, era en el Departamento de Policía y Tránsito de la Ciudad de México, institución cuyo jefazo mayor era el Arturo el Negro Durazo quien disfrutaba de la música que hacían los centenarios al caer al piso de mármol de su residencia en Zihuatanejo.

En la búsqueda de los insaciables consumidores, los dueños de la tecnología han modificado la forma de escuchar música, que en 1979 se fue convirtiendo en algo cada vez más personal. Para 1980, el reinado del disco vinil era inobjetable pues no despertaba aún el video ni siquiera los piratas. Las grandes producciones, el arte de la portada y las ventas millonarias parecían que no mermarían la fuerza de los discos… hasta que llegó el maravilloso walkman junto a los cassettes que se convirtieron en una moda por sí mismos. Del convencional de 60 minutos evolucionaron en pocos meses hasta ofrecerse lo más avanzados que presumían su manufactura de grafito o metálico, y que llegaban a reproducir dos horas de grabación. Dos cosas quedan claras tras del lanzamiento del Sony Walkman: Una, que los precios estaban a años luz del consumidor medio (como ahora lo están los ipod). La segunda es que se convirtieron en el objeto del deseo del melómano mundial que ya no pudo sobrevivir sin su compañía.

Durante la época dorada de la música discoteque, lo más cercano a la música portátil era un auto estacionado con la música a un volumen desconsiderado. La llegada del walkman, para muchos fue un asunto más relevante que la llegada del hombre a la luna, el cumplimiento de la utopía personal de transitar por el mundo acompañado de nuestro soundtrack personal con la misma fidelidad de un estéreo casero, aunque sólo para tus oídos.

Debido al éxito obtenido, las ventas del Sony Walkman se dispararon y el modelo original sufriría modificaciones cada temporada. En algún momento se llegó a vender uno que era del tamaño de las audiocintas aunque otros contenían su propio ecualizador o la opción de potenciar el sonido de los bajos. En plena locura, Sony sacó a la venta el famoso modelo amarillo que, decían, permitía escuchar nuestras selecciones debajo del agua. Un innovador invento se convertía en producto de primera necesidad de los jóvenes ochenteros.

Irónicamente, así como este reproductor le dio un raspón a los tocadiscos y tambaleó las ventas del vinil, la llegada en 1987 de los CD´s y sus reproductores portátiles, a su vez comenzó a cavar la tumba del innovador walkman. En los noventa disminuyó el furor por éstos y comenzaron a quedar como pieza de museo cuando los discman inundaron el mercado. Hoy parece que el ipod llegó para quedarse como la mejor opción, y que permanecerá en el gusto de los clientes al menos más tiempo que walkman y discman. Aunque más vale no adelantarnos.

Con motivo de los 30 años del reproductor portátil de audio cintas, la BBC hizo el experimento de dar a un adolescente un walkman para estudiar sus reacciones. Al joven chico expiatorio le costó trabajo darse cuenta de que el casette se volteaba. Nunca halló por otra parte, el botón para poner al aparato en la opción aleatoria y de seguro que lo halló pesado y poco práctico.

El Sony Walkman llegó a sus treinta años más viejo y descontinuado que nunca. Sin embargo se merece un monumento por ser el proyecto madre que permitió el traslado entre las nubes a ritmo de nuestras joyas musicales. ¿Quién pone la primera llave?

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