Despuès de tanto pensar...

Por Fènix...

Despuès de tanto pensar en el propòsito de la vida, de filosofar de una manera barata y cobarde acerca del sentido de hacer una diferencia en el mundo, en la comunidad, en el trabajo o al menos en la familia sin realmente hacer nada... Despuès de dar vueltas sobre la razòn de traer, proteger y educar a un hijo (sin distinguir si fue engendrado de mi sangre o acogido cien por ciento del amor) dentro del sistema econòmico, social y cultural de estos tiempos. Despuès de neciamente dar vueltas a todo esto y no tener el coraje de concluir nunca nada, sè que hay que tener el valor para criar los tesoros, que en los niños, Dios ha puesto a nuestro cuidado.

Los siguiente es una sìntesis de lo que pensamos y queremos para nuestros hijos, pero dicho por alguien con fuerza y voluntad probadas en una de las èpocas màs difìciles de la historia.

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Dame, Señor, un hijo que tenga la fortaleza
de reconocer cuando ha flaqueado;
el valor de encararse consigo mismo cuando tema.

Que lleve alta la frente,
en la honrada adversidad de la derrota
y que sea modesto y benigno en la victoria.

Un hijo que no se contente con desear en vez de realizar.
Que te conozca a Ti,
y sepa que en conocerse el hombre a sí mismo
está el fundamento del saber.

No lo guíes, Señor, por las sendas de la comodidad ni del regalo
sino por aquella en que las dificultades son aliciente y reto para vencerlas.
Déjale que aprenda a arrostrar las tempestades
y a compadecerse de los que flaquean y fracasan.

Dame, Señor, un hijo de sano corazón,
recto y de altos propósitos, grande y noble,
capaz de dominarse él mismo antes de querer dominar a los otros,
de penetrar en lo porvenir
pero sin desentenderse jamás de lo pasado.

Y después de haberle concedido todo esto,
imploro a Ti le concedas por añadidura
esa festiva disposición de ánimo que lleva a proceder con seriedad sin tomarse uno demasiado en serio.

Infunde en él, Señor, la humildad y la sencillez,
compañeras de la verdadera grandeza,
la amplitud de criterio, propia de la verdadera sabiduría.
Porque entonces, Señor , yo, el padre de tal hijo,
me atreveré a decirme calladamente: no he vivido en vano.

Gral. Mac Arthur

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Tornillos, Tuercas y todos...
Que Dios nos de la fuerza, la inteligencia y la dedicaciòn para enseñar a nuestros hijos todo aquello que aprendimos a destiempo. Para motivarlos a nunca rendirse, a que luchen por lo que de corazòn anhelen, para que triunfen en lo que hayamos fracasado. A confortarlos en sus derrotas pero sin consentirlos, para que aprendan a levantarse una y otra vez y sigan siempre adelante. Para darles el ejemplo de confianza, fe y sometimiento a la voluntad de Cristo, fuente de toda vida. Para amarlos incondicionalmente y que aprendan que el amor es un regalo gratuito al cual todos tenemos derecho. Para que sepan hacer de la amistad un vìnculo tan fuerte como el que nosotros hemos logrado. Para que nunca teman vivir, a pesar del dolor, del esfuerzo, del miedo a lo desconocido, de la vergûenza. Para no juzgarlos, sino que podamos aceptar su individualidad. Para que aprendan a defender sus ideas y valores, con argumentos y ejemplo... Para que sean mejores de lo que hayamos podido ser.

Què gran responsabiliad!!!!!!!!!!!!!!!! Què Dios nunca nos falte en esta empresa!!!!!

Fenix